La Cátedra de la Innovación destaca la necesidad de contar con una inversión estable y prolongada para mejorar la productividad
Fernando Rubiera, uno de los directores de la cátedra, ha explicado las principales conclusiones del documento Innovar para crecer: análisis del efecto del esfuerzo inversor en I+D+i sobre la productividad de las regiones españolas
La Cátedra para el análisis de la Innovación en Asturias (C_innovA) apuesta por un modelo de inversión en I+D+i que impulse la colaboración público-privada en la comunidad para converger con las regiones más desarrolladas y destaca la necesidad de contar con una inversión estable y prologada en el tiempo para mejorar la productividad. En su último estudio, analiza el efecto inversor en ciencia, tecnología e innovación sobre la productividad y aconseja la creación de redes entre empresas, universidad y centros de investigación.
El rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, ha participado junto con el consejero de Ciencia, Innovación y Universidad, Borja Sánchez, en la presentación de este informe, en un acto al que han asistido representantes del ecosistema científico e innovador asturiano: empresas, centros tecnológicos y centros de investigación.
El profesor Fernando Rubiera, uno de los responsables de la Cátedra de Innovación, ha explicado las principales conclusiones del documento Innovar para crecer: análisis del efecto del esfuerzo inversor en I+D+i sobre la productividad de las regiones españolas, disponible en la web de la cátedra, en este enlace.
El informe incide en varias cuestiones:
- La inversión en I+D+i es uno de los motores fundamentales del crecimiento económico de un territorio por su capacidad para incrementar la productividad. Sin embargo, las inversiones pueden tener un impacto mayor o menor, en función del nivel de desarrollo de cada territorio y de la procedencia pública o privada de los fondos.
- Los efectos de la inversión tardan tiempo en hacer efecto, pero se prolongan de modo consistente y continuado. Los autores estiman que hay una latencia de una década, aproximadamente, para poder medir el impacto global. Esto lleva a plantear que es preferible un gasto continuado y mantenido en el largo plazo. El informe pone de relieve que, si se quiere garantizar un crecimiento económico de Asturias basado en la I+D+i, "se necesita un consenso político que garantice que se mantendrán los esfuerzos inversores a lo largo del tiempo".
- Tanto la inversión pública como la privada son fundamentales, pero su papel varía en función del nivel de desarrollo de la comunidad. En regiones altamente desarrolladas y con tejidos empresariales de gran intensidad innovadora la inversión privada en I+D+i tiene un efecto significativamente más elevado. Es el caso de comunidades como Madrid, País Vasco, Cataluña o Navarra. En el otro extremo, se sitúan aquellas con un menor desarrollo, como Andalucía, Murcia o Canarias, donde el papel de la inversión pública es determinante
Asturias se encuentra en un nivel de desarrollo intermedio, junto con comunidades como Aragón, Cantabria o Valencia. En estas comunidades es aconsejable acompasar la inversión pública y la privada. Es decir, la Administración pública debe estimular y potenciar que el sector privado invierta en I+D+i, al tiempo que continúa realizando esfuerzos de carácter público.
Para estos territorios de desarrollo intermedio, como el Principado, el informe destaca la importancia de los modelos de colaboración público-privada que integren organismos públicos, centros de investigación y empresas privadas, donde se generen redes y se desarrollen proyectos conjuntos.
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